Name: Un remanso colonial en pleno centro de la CDMX, así es el Museo José Luis Cuevas
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Un remanso colonial en pleno centro de la CDMX, así es el Museo José Luis Cuevas

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Skip to main contentEl Museo José Luis Cuevas es un testigo silente dentro de un centro citadino tan vigoroso como es el de la capital mexicana. Cargado de valor histórico y social, el inmueble está envuelto bajo el manto del bullicio y ajetreo de su entorno comercial; sin embargo, su interior contrasta con su exterior, con una calma y parsimonia propias de un templo.Convertido en museo luego de dar vida a múltiples usos, el edificio hoy guarda la colección del famoso artista del modernismo mexicano José Luis Cuevas Novelo, así como a diferentes exponentes de la industria, no solo mexicana, sino internacional. Con una presencia fuerte en el arte y la cultura, el Museo José Luis Cuevas abrirá sus puertas y resguardará la ceremonia de Iconos del Diseño 2023, en donde la arquitectura será la protagonista, tanto en el recinto como en el galardonado.“El maestro Cuevas hace una solicitud al gobierno de la Ciudad de México para entregarle al pueblo de México, a través de la ciudad, su colección de obra: eran 1500 obras más o menos, que había recogido durante su vida. Esas obras las quería donar, y necesitaba un espacio, un museo”, introdujo el Ingeniero Salvador Vázquez, actual apoderado del museo. Tres edificios fueron los finalistas para el proyecto museográfico que tanto José Luis Cuevas como su esposa, Beatriz del Carmen Cuevas, tenían en mente: la Alhóndiga de la Ciudad de México, una casa en República de Guatemala y un ex convento del siglo XVI. Para los Cuevas, la decisión apeló al sentimiento de pertenencia, pues el artista nació en el centro histórico del entonces Distrito Federal, y por lo tanto, la localización del que fue conocido como el Convento de Santa Inés lo convirtió en el recinto seleccionado. “Se localizó este edificio que en aquella época se había recuperado, un edificio que era vecindad y también se vendía, igual que aquí afuera”, comentó Salvador, quien señaló las afueras del museo, “estaba en pésimas condiciones por el tiempo”.Ubicado en la calle La Academia número 13, y a un costado del Zócalo y el Palacio Nacional, el Convento de Santa Inés fue un claustro construido bajo la instrucción de Diego de Caballero e Inés de Velasco. Así, para el año 1600 el convento albergaba única y exclusivamente a 33 monjas, una alusión a los años que vivió Jesucristo. Durante tres siglos el edificio respondió a los motivos religiosos que sus propietarios profesaban, pero en el año 1867 la propiedad fue vendida debido a la falta de recursos para su mantenimiento, una consecuencia de la búsqueda del gobierno mexicano por equilibrar la balanza entre lo laico y lo religioso. De esta manera, el exconvento fue fraccionado; una parte se convirtió en cuartel militar, y la otra se destinó a viviendas.Lo más vistoYa entrado el siglo XX, el inmueble fue declarado Monumento Histórico y en 1967 fue ocupado como vecindad, bodega de telas e incluso, un taller. Las rentas congeladas que gozaban algunos inquilinos del centro de la ciudad propiciaron que los dueños de los edificios se ahorraran la manutención de los mismos, como fue el caso del exconvento. Asimismo, el sismo de 1985 que azotó a la capital, y los constantes incendios en los expendios telares deterioraron la propiedad, tanto en su estructura como su lenguaje arquitectónico. A pesar de ello, José Luis Cuevas, acompañado por sus amigos y consejeros, Fernando Gamboa y Salvador Vázquez, vieron el potencial que el recinto tenía para sus planes, y el 8 de julio de 1992 se celebró la inauguración del Museo José Luis Cuevas.Construido en el pleno de la arquitectura virreinal, el Museo José Luis Cuevas es un fiel representante del colonialismo arquitectónico en México. El patio central se mantiene como el eje del diseño, pero fue acentuado y jerarquizado tras la remodelación del edificio, misma que tomó lugar por casi 10 años. La Giganta, una escultura de ocho metros de alto y de la autoría del propio José Luis Cuevas, se alza como hito artístico dentro de la poligonal del patio. Bajo una escrupulosa retícula entre adoquines, piedras de río coladas y cuatro islas vegetales, el patio se convierte en un oasis y una transición entre la calle y las salas museográficas. “La Giganta es muy importante para el museo, porque es el centro. La puedes observar de todas partes, desde abajo, arriba, incluso desde el interior de las salas. Si tu observas desde ciertos puntos ves el cuadro El Gigante al fondo, que inspiró la escultura, y a La Giganta en la parte posterior, tratamos de jugar con los tiros visuales, crear un diálogo”, señaló Manuel Alegría, museógrafo encargado de las exposiciones permanentes y temporales.Lo más vistoEl exterior del edificio conserva la acostumbrada limpieza en las fachadas del colonialismo temprano y la ausencia de detalles y decoraciones que encabezaría el posterior barroco. Con un ritmo clásico entre los ventanales de los dos niveles y un diálogo sencillo entre la piedra, la madera y el color crema, el Museo José Luis Cuevas destaca por su estilismo histórico a pesar de encontrarse entre sus homólogos arquitectónicos.El interior, por su parte, se viste entre colores terracota, piedra aparente en las columnas, molduras y marcos de los vanos, así como de madera en los cerramientos y las puertas. Un acierto en el reacondicionamiento del museo fue la colocación de celosías de madera en algunas ventanas, que permiten atisbos de las exposiciones interiores al tiempo que evocan el lenguaje del modernismo arquitectónico mexicano, encabezado por Luis Barragán, y que confiere una mezcla de épocas perfectamente balanceada. Una techumbre a base de acero y cristal cubre el patio central, integrándose a la arquitectura histórica de forma respetuosa y tímida, sin quitar protagonismo y guardando un ritmo entre las columnas y la viguería de madera de los techos.Por último, las siete salas de exposiciones se convierten en naves artísticas gracias al correcto uso de “domos” a base de plafones, mientras que sus vistas siempre mantienen tiros visuales a La Giganta. “Este museo lo escogimos con el maestro Fernando Gamboa, él fue el promotor del Museo de Arte Moderno, el Museo Tamayo. Él también era amigo de Cuevas, entonces juntos recorrimos todos los espacios para buscar un lugar donde hacer un museo. Nos decidimos por este lugar por los espacios para poder exhibir una obra, tener los espacios que museográficamente se prestaran para tener un lenguaje y un discurso para obras de arte”, compartió el actual director del museo sobre el poder estético y escenográfico de las salas.Arte, arquitectura histórica y una intención de regresar a los orígenes hicieron de un convento, uno de los museos más antiguos y relevantes del centro de la Ciudad de México, por eso, el Museo José Luis Cuevas se convierte en la sede del evento del diseño más esperado por Latinoamérica.Iconos del Diseño 2023 | Architectural Digest México y LatinoaméricaIconos del Diseño 2023: Un look &amp; feel en homenaje a las líneas de Pablo PalazueloAdéntrate en el diseño de los últimos galardones de Iconos del DiseñoEl poder de la luna de la cosecha: Dos rituales para la abundancia

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